Una escuela comprometida con la donación

Se trata del Colegio de la Congregación de las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo (SSpS), en el barrio de Floresta. Allí, desde hace tres años, la comunidad educativa por completo trabaja en equipo para llevar adelante una jornada de donación voluntaria de sangre dentro de la propia escuela.
La idea llegó a la institución de la mano de una de las profesoras de biología, Silvia Alietti (que ya no trabaja en el colegio) y de la Unión de Padres de Familia. Desde ese primer año hasta ahora, esta iniciativa fue creciendo y consolidándose como un proyecto educativo que involucra el trabajo en conjunto a directivos, profesores, alumnos, auxiliares, personal de maestranza, administrativos, padres de familia y colaboradores, entre otros.
Puntualmente, el grupo de trabajo que coordina las tareas necesarias para llevar adelante la Jornada cada año, está conformado por la Hermana Cristina Mandali, directora general del Colegio; Claudia Carione, rectora del nivel medio; Giselle Rodriguez, coordinadora del Departamento de Ciencias Exactas y Naturales; Natalia Usiew, coordinadora del área de Comunicación; Gisela López, profesora de la materia Técnicas de Relaciones Públicas; María Inés Romo, ayudante del laboratorio de física y química y Carolina Cordón, secretaria de la Unión de Padres de Familia. Ellas son la parte “visible” de un cúmulo mayor de voluntades, ideas y fuerzas creativas que incluye como parte fundamental a los propios chicos, estudiantes de 4to año, que son quienes se involucran año a año con este proyecto.
¿De qué hablamos cuando decimos “proyecto educativo”? Principalmente, de la coordinación de contenidos de distintas materias que, a lo largo del año y para diversos niveles educativos, desarrollan actividades pedagógicas y temáticas sobre la donación voluntaria de sangre y culmina con el trabajo durante la jornada de donación.
“El objetivo fue promover un cambio cultural en la comunidad educativa”, explica Giselle, “se toma como iniciativa el área de biología por los contenidos propios de la materia, pero lo pensamos transversalmente. Para nosotros tiene sentido en tanto y en cuanto los chicos puedan aprender mejor. Además, es un proyecto pensado para 4to año, por los contenidos concretos. La idea es que todos los alumnos de la escuela pasen por el proyecto al llegar a 4to”
“Sin embargo, decimos que es integrador también porque se colabora desde otros años (2do y 3ro) y se trabaja combinando las capacidades de desarrollo de las tres orientaciones del colegio: informática, comunicación social y administración” comenta Gisela.
“Es una línea metodológica muy activa, se trata del aprendizaje por proyectos. A nosotros nos da resultado, funciona que los chicos tomen contacto con un problema concreto que sucede en su comunidad, en la sociedad en general y pongan en acción todo el conocimiento que adquieren en la cursada. Además, los productos que ellos generan pueden ir más allá del aula y así encuentran un sentido social, solidario, a eso que están haciendo”, puntualiza Natalia.
Todos los años, a partir del 14 de junio, el grupo de alumnos de 4to año, junto con algunos grupos de 3ro y 2do, comienzan a trabajar en la organización y difusión de la jornada de donación. Este año se realizó el 19 de octubre y como institución referente tuvieron al Hospital Santojanni.
Son los propios alumnos quienes diseñan afiches y posters promoviendo la Jornada, también se generan spots radiales, videos para web y otros formatos. Pero no solo eso, sino que se convierten en promotores dentro de su propio ámbito de pertenencia, porque ellos mismos difunden las actividades del Proyecto entre otros cursos de niveles inferiores, así como también en las reuniones de padres o en eventos especiales.
El puntapié inicial de este año, según relata Giselle, tuvo lugar en uno de los actos, “una alumna leyó para todo el colegio unas palabras alusivas al Día Mundial del Donante de Sangre, para el 14 de junio. Después, algunos alumnos de 4to año fueron por todos los cursos, para invitar y promover la campaña. Explicaron que día se iba a hacer, para qué hospital, quiénes podían donar y cuáles son los requisitos. A los pocos días, se envió una nota a los padres de los tres niveles, por cuaderno, reforzando la información que habíamos transmitido en las aulas e invitándolos a participar. Aprovechamos también las reuniones de los padres de primaria; preparamos a los chicos de 4to para que se acerquen a estas reuniones y también comenten a los padres sobre la jornada de este año”.
Respecto a la participación de los alumnos como voceros y como promotores voluntarios, Natalia comenta que los chicos se toman muy en serio esta responsabilidad. “Se preparan con nosotros, para llevar adelante esta actividad. Nos reunimos, los informamos sobre como transmitir los conocimientos, les damos algunos lineamientos o apuntes, estudian, nos hacen preguntas que pueden surgir en la charla con los padres. Es decir, se comprometen. Eso es algo valorable en alumnos de secundario”.
“Hasta ahora, lo que observamos es que no lo toman como una formalidad, una obligación de la institución, sino con un compromiso especial propio de esta comunidad educativa. Esta naturalizado”, continúa Gisela.
Asimismo, el vínculo colaborativo no es solo entre docentes y alumnos. Al respecto, Natalia sostiene que si bien las referentes, en cierta forma, son ellas; como equipo “representamos el trabajo y la disposición de mucha gente. Tal vez no todos participan directamente en algo concreto de la campaña o Jornada, desde la disposición de cederte un lugar en el aula o en una reunión, hasta permitirnos que se peguen afiches en los sectores o salones de todos los niveles”.
En cuanto a las actividades concretas del día de la Jornada, no solo toman parte los profesionales de Hemoterapia del Hospital. “Ese día, los chicos se proponen como voluntarios para participar de las actividades, en la medida en que puedan hacerlo. Ellos reciben a los donantes, chequean los datos, la planilla de inscripción, los acompañan hasta la primera entrevista donde el personal del hospital entrega el cuestionario, los van guiando, los acompañan en todo el proceso. La idea es que los donantes nunca estén solos, sino que se sientan acompañados por los chicos y por nosotros” explica Giselle.
“Para ellos es súper enriquecedor porque se consigue la experiencia del voluntariado como en una ONG pero “en casa”, afirma Gisela.
Y hay una parte fundamental de este proceso, que está dado por la participación de los padres. No solo son ellos quienes se anotan para concurrir a la jornada de donación, sino que además, desde la Unión de Padres de Familia del colegio, son los encargados de brindar el refrigerio a los donantes.
Allí se abre un espacio de intercambio de experiencias, de solidaridad, de unión y de contención. En este sentido, Carolina lo relata con claridad: “es lo que los donantes valoran. Me sentí acompañado, me sentí cuidado, es lo que dicen cuando se sientan en la sala de refrigerio y charlamos. Hay una cuestión de pertenencia al lugar, que facilita la participación colectiva. Hay padres que vinieron a donar los tres años seguidos. Es venir a un lugar que les resulta familiar, que les da confianza. Tiene que ver también con que sus hijos estén participando. Hay padres que donan por primera vez y que se animaron a venir porque sus hijos le hablaron de la Jornada. Este, nuestro espacio, es un lugar de pares. Acá escuchamos a los papas, lo que significa para ellos dar sangre, dar vida, para alguien que no conocen, ayudar a otro. Estoy dando una parte de mi sin saber quién va a recibirlo”.
“El primer año que nos convocaron, la UPF recién se había constituido y esta campaña fue un desafío”, continúa Carolina, “tuvimos que coordinar horarios, aprender a trabajar en equipo y aprender además respecto de la donación de sangre. Este año ya lo tenemos en nuestro calendario, ya sabemos que nos van a llamar para colaborar en la campaña. Para nosotros el ser quienes brindamos la colación, el refrigerio a los donantes es una forma de estar en el colegio, interactuar con otros papás, conocernos, e involucrarnos en las actividades de la comunidad educativa. Uno se lleva más de lo que da. Además, esta iniciativa refleja los valores de educación que queremos para nuestras familias y también tiene que ver con el carisma del colegio. Las Hermanas tienen un carisma misionero, lo misionero nos invita a dar por el otro”.
¨Y justamente algo que hay que destacar y que no es menor es y otro detalle que no es menor es el trabajo y la predisposición de las Hermanas del Colegio”, apunta Natalia respecto del comentario de Carolina y afirma que “es un desafío abrir las puertas del colegio, permitir que entren equipos y personas que vienen de otra institución, etc. Y sin embargo hemos logrado que se lleve a cabo sin problemas. O sea, desde el espacio también el colegio se presta, se articula y muestra las ganas de hacerlo”.
Pero el trabajo de todo el equipo no culmina con la Jornada. Si bien se toman un respiro, breve, comienza otra etapa, en la que según explica Inés “pasamos al período de evaluación. Trabajamos analizando las respuestas de los donantes a la encuesta que les damos para saber cómo se enteraron de la Jornada, que opiniones tienen y preparar las bases de datos. Además, nosotras evaluamos otros aspectos del trabajo previo y de lo que sucedió ese día”.
¿Y sus expectativas a futuro? Al respecto, Natalia tiene una visión particular: “para mí, es una satisfacción si logramos que esta iniciativa se mantenga en el tiempo, que tenga continuidad año a año y también que los chicos sepan que cuando llegan a 4to año, el proyecto que los espera es este”. Además, todas coinciden en que el objetivo principal es fomentar la donación voluntaria, crear conciencia en los chicos y en sus familias sobre la importancia de donar sangre, más allá de la iniciativa del colegio, proponerlo como un cambio cultural y social.
El Proyecto Educativo del Colegio de la Congregación de las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo (SSpS) tiene una plataforma web, en la que se puede conocer a fondo esta iniciativa y se pueden ver los materiales audiovisuales y gráficos producidos a lo largo de esto tres años.
Desde la AAHITC felicitamos a los directivos, las hermanas y las profesoras por esta iniciativa tan valiosa. Invitamos a todos a visitar la plataforma, conocer y tomar el Proyecto como un ejemplo más de la voluntad, carisma, compromiso y trabajo en equipo con otros actores sociales que no pertenecen a instituciones de salud.